La acrópolis de Atenas
La Acrópolis de Atenas, entendiendo Acrópolis como ciudad alta para defender y como sede de los principales lugares de culto, también conocida como “la roca sagrada” es la más representativa de las acrópolis griegas. Es una meseta de 270 metros de longitud y 85 de anchura, y se alza sobre una cima de 156 metros sobre el mar. Es conocida como Cecropia en honor al hombre-serpiente Cécrope, primer rey ateniense. Fue durante el siglo V a.C. que la Acrópolis adoptó su forma definitiva, y en 1987 fue cuando se inscribió como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En la actualidad, se pueden visitar completamente todas las zonas.
Contiene los monumentos más famosos de la Grecia clásica, como son el Partenón (en honor a Atenea Parthenos, y con el nombre de templo de templos), los Propileos (las puertas monumentales de entrada a la Acrópolis), el Erecteion y el templo de Atenea Niké (símbolo universal del espíritu y la civilización clásica).
Cada uno de los monumentos tiene su historia, y es una joya el poder disfrutar de todas ellas después de tantos años, así como el Museo. Realmente son obras de arte; tienen la expresión de la brillante civilización griega que se han mantenido y que no se puede dejar de visitar y fotografiar.
El Acrópolis de Atenas es sin duda el símbolo de la civilización griega y aunque causen mayor o menor interés sus ruinas, tiene una historia apasionante pues forma parte de los inicios de nuestra civilización moderna. En un cuadro maravilloso y bajo el sol mediterráneo, este lugar antiguo es inolvidable.